Riesgos en la comunicación corporativa y personal
En anteriores ediciones de este blog, he hablado de cómo ChatGPT ha revolucionado las formas de comunicación, la manera en que manejamos la comunicación interna y externa e incluso la vida cotidiana en redes sociales. Si no pensábamos que ya habían tirado la casa por la ventana con la invención de la inteligencia artificial, ahora anuncian nuevas actualizaciones de un ChatGPT evolucionado, según las necesidades del usuario. Por $200, nos muestran una nueva versión que promete integrar formas específicas de comunicación, una inteligencia artificial más avanzada, con herramientas y capacidades de interpretación que la anterior no lograba alcanzar. Es decir, una IA más humana.
Esto, en lo personal, hace que me cuestione, ¿estas nuevas actualizaciones generarán un modelo empático o un modelo demasiado manipulador y persuasivo? Con el lanzamiento de esta versión mejorada, las expectativas están en su punto más alto, pero también surgen preocupaciones éticas, especialmente en el área de comunicación. Una de las características más destacadas de esta actualización es su habilidad para imitar estilos de comunicación con mayor precisión, lo que podría hacer que sea demasiado persuasivo. Este nivel de sofisticación plantea varios riesgos tanto en el ámbito corporativo como personal.
Influyendo sin transparencia
Las empresas, en su constante búsqueda por conectar con sus audiencias, han adoptado las capacidades de la inteligencia artificial para generar comunicaciones mediante respuestas personalizadas. No obstante, este enfoque conlleva riesgos significativos, como la manipulación de la opinión pública a través de mensajes que se aprovechan de las vulnerabilidades emocionales. Además, la falta de transparencia al hacer que las interacciones con la IA parezcan humanas, junto con la posibilidad de crear campañas engañosas, puede comprometer la confianza en las interacciones digitales y socavar la autenticidad en la comunicación.
El riesgo de perder el toque humano
Uno de los mayores valores que las empresas aportan en sus relaciones con los clientes es el toque humano. La interacción auténtica y empática es fundamental para construir confianza y lealtad. Sin embargo, con la capacidad de ChatGPT para replicar estilos de comunicación y generar respuestas automatizadas de forma eficiente, muchas empresas podrían verse tentadas a delegar en la IA la totalidad o parte de sus comunicaciones con clientes, lo que perdería el enfoque orgánico de estas interacciones.
Tácticas manipulativas en ventas:
En entornos profesionales, el potencial de la IA puede ser malintencionado en espacios de negociación. En el ámbito de las ventas, por ejemplo, un vendedor podría emplear la IA para generar respuestas altamente persuasivas, diseñadas para influir en las decisiones de un cliente de manera que favorezca a la empresa, sin que el cliente sea plenamente consciente de la manipulación. Esto podría maximizar el éxito en una transacción, pero a costa de la transparencia.
Esto también se podría constatar en los ámbitos legales. En una negociación en la que se empleen respuestas generadas por ChatGPT, podría ser fácil para las partes involucradas manipular la conversación o los términos propuestos, presentando una imagen distorsionada de la realidad para presionar a la otra parte a tomar decisiones precipitadas o no informadas; esto genera un desequilibrio de poder, desvirtuando el proceso negociador.
El equilibrio entre la IA y la autenticidad humana:
La persuasión de ChatGPT es innegable, pero los riesgos asociados a su uso en la comunicación corporativa y personal no deben ser subestimados. Las empresas deben ser conscientes de las implicaciones éticas de usar IA en sus interacciones con clientes y colaboradores. La clave para evitar caer en prácticas manipulativas o deshumanizadas radica en encontrar un equilibrio entre aprovechar la eficiencia de la IA y mantener la autenticidad humana que los consumidores valoran. Mantener las interacciones humanas genuinas es dónde radica el punto clave para garantizar que el uso de tecnologías no erosione la confianza ni manipule la opinión pública de manera inapropiada.
Preparado por: Doménica Romero – Gruppo Avanti